sábado, 9 de noviembre de 2013

Paquetes turísticos XXL

Ya están aquí, ya empiezan a dejarse ver por estos pagos. Como cada año, miles y miles de grullas emprenden su viaje desde las zonas más frías de Europa hasta Extremadura. Durante varias semanas tenemos el privilegio de contemplar esta fascinante y hermosa ave, un auténtico Festival de las grullas que atrae a miles de personas. Ochenta mil grullas vienen a Extremadura porque encuentran aquí todo lo que necesitan. Recorren ni más ni menos que 4.000 Kilometros para instalarse en nuestras dehesas. Si nuestras dehesas fueran hoteles y hubiera un índice de pernoctación media referido a las grullas, Extremadura sería líder mundial. Los objetivos de los gestores de los destinos turísticos, incrementar el número de visitantes, el de viajeros alojados, el de pernoctaciones y especialmente la pernoctación media se habrían conseguido si de grullas habláramos.

La naturaleza es sabia y quizá nos esté invitando a reflexionar sobre esto. 


La pernoctación media es un indicador recurrente, pues todo lo que se hace, se dice que es para incrementar su valor. Un buen análisis de la misma requerirá desagregar los datos por tipología y categoría de establecimientos hoteleros, temporadas, meses y aún días y también ponerlos en relación con otros indicadores que le confieren su verdadero valor. Tal es el caso del gasto medio por turista y día. Un destino puede tener un buen índice y no ser debido a sus grandes recursos turísticos y sí a que sus hoteles, por ejemplo, fueran extremadamente baratos. 


Más importante que el propio indicador es conocer las causas que lo empujan al alza y desde luego las que lo perjudican, lastran o hunden. Hay factores intrínsecos al propio destino que pueden ser materiales o tangibles pero también intangibles. Entre los primeros, la propia oferta turística, los recursos, las actividades complementarias, la oferta de alojamiento, su tipología y precios, la gastronomía, el ocio, las comunicaciones, los transportes, el comercio. Entre los intangibles, las sensaciones y sentimientos, el afecto, la simpatía, la seguridad, la amabilidad.  La buena gestión de todos esos factores genera lo que yo llamo capacidad de seducción.

El trabajo del gestor y de los profesionales y empresas, sin olvidarnos de la implicación de los ciudadanos, debe ir encaminado a incrementar la capacidad de seducción del destino, porque cuanto mayor sea ésta mejores serán todos nuestros indicadores.


¿Y cómo andamos de capacidad de seducción en Extremadura? ¿Seríamos capaces de seducir a los viajeros para que nos eligieran como destino durante treinta días ¿Sería descabellado proponer viajes a Extremadura de sesenta días de duración? ¿Si es descabellado lo anterior cómo calificaríamos la iniciativa de ofrecer paquetes turísticos de noventa días de duración?  ¿Es una locura o, quizá no? 

Estoy más que seguro que nuestra Región reúne atractivos suficientes como para seducir durante noventa días a las personas que con esa disponibilidad de tiempo nos quisieran visitar. Se me ocurren un montón de visitas y actividades, experiencias y vivencias  con las que poder hacer disfrutar a esas personas a las que yo consideraría auténticos privilegiados. Noventa días y noventa tranquilas noches para desear vivir en una Región que atesora un enorme patrimonio natural. Porque si por algo recomendaría yo vivir en Extremadura es porque es esencialmente limpia.


Yo no dejaría irme a esas personas sin que vivieran en otoño en el Ambroz, poder pasear en Hervás, fotografiar su barrio judio, adentrarse en ese inmenso bosque de castaños o rutear para abrazarse en los castaños del temblar. Descansados y sin prisa pues quedan muchos días, les acompañaría al más afamado de nuestros Valles, el del Jerte y seguir disfrutando con el espectáculo de una quizá ya crecida Garganta de los Infiernos y de garganta a garganta, del Jerte a la Vera y agua va y agua viene y arquitectura popular y Yuste. Camino a Guadalupe, de Monasterio a Monasterio, del de Yuste al Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, Patrimonio de la Humanidad, Patrona de Extremadura y de la Hispanidad. Descansados y sin prisas pues quedan muchos días, saboreando hasta los lunes, les acompañaría por las Villuercas y nos llegaríamos, esta vez a Trujillo que no es precisamente cosa de horas. Dejariamos Cáceres para más adelante y nos dirigimos al Parque Nacional de Monfragüe, el más espectacular de los espacios naturales de nuestra Región. Descansados y sin prisas, pues quedan muchos días ¿Dónde nos dirigimos ahora? A Plasencia, la capital del Jerte, después a las Hurdes, el Gasco, el Meandro del Melero, la Ovejuela, de allí a Gata, a deleitarse en Trebejo, sorprenderse en San Martín, en Robledillo y de Gata a la Vía de la Plata, a caminar un "poquino" y llegarnos a Cáparra, a Coria con su gran Catedral, y de allí al Palancar, para admirar el más pequeño de los monasterios del mundo y a su morador, San Pedro de Alcántara, el Gran Santo, nuestro Patrón. Descansados y sin prisas, que nos siguen quedando muchos días, nos asomamos a la plaza mayor de Garrovillas, nos maravillamos en el Puente Romano de Alcántara, navegamos el Tajo Internacional, respiramos en nuestras dehesas, en nuestras sierras, en los Barruecos de Malpartida de Cáceres, berrocales, agua, aves y arte y llegaríamos a Cáceres, Patrimonio de la Humanidad.  No parece que andemos mal de seducción, no. 

Descansados de nuevo y sin prisas que nos quedan muchos días y muchas cosas que conocer les acompañaría a Olivenza, a Jerez de los Caballeros, a Zafra, a Llerena, a Badajoz, a Mérida... 


¿Y llegado el fin del viaje que ocurriría? Yo no dejaría irme a esas personas sin invitarles a quedarse a vivir aquí, o a volver aquí, como hacen las grullas. Quizá algunas de ellas hasta ya lo habrán decidido. Ya lo dije antes, noventa días y noventa tranquilas noches para desear vivir en una Región que atesora un enorme patrimonio natural.  Muchos, pocos, no sé cuantos de esos visitantes, querrían quedarse a vivir en Extremadura porque su viaje realmente no fue para hacer turismo, fue para que se enamorasen de nuestra tierra, tanto como para querer vivir en ella.  


¿Por qué nadie ofrece paquetes turísticos XXL en Extremadura? Eso si que es subir la pernoctación media, ¿o no? 

Ah, ¿Qué a quién? ¿De dónde vienen las grullas?






Garboó Riocía & García Rioboó