miércoles, 5 de marzo de 2014

El complemento de competitividad



Según nuestro parecer, uno de los pilares de la competitividad de las empresas, quizá el pilar más importante, son los trabajadores comprometidos. Para nosotros un trabajador comprometido es aquel que trabaja con la empresa antes que para la empresa. Esto último es lo exigible mientras que aquello es lo diferenciador y en este caso, en justa correspondencia, la empresa tiene que saber potenciar esa actitud con otra igual. 

Un buen modo de hacerlo es reconocer al trabajador su contribución a la mejora de la competitividad de la empresa a partir de su esfuerzo por mejorar la suya propia. Lo primero lo logrará quien realice su trabajo con sentido corporativo,  lo segundo quien además lo haga con profesionalidad, desempeño, formación, flexibilidad... 

Estos son sólo algunos de los muchos marcadores del compromiso que hacen especialmente valiosos a los trabajadores en quienes concurren, sea cual sea su trabajo y sea cual sea la naturaleza de su empresa. Para ellos, en el post que titulamos los pilares de la competitividad,  tras defender que la misma no es sólo una mera cuestión de costes,  recomendábamos construir un ecosistema confortable. 

Pues bien, si lo que necesitan las empresas, y esto lo necesitan todas, y también las administraciones, es mejorar su competitividad y que ese atributo adquiera la condición de estado  ¿Por qué no crean las empresas y las administraciones un complemento que bien podrían llamar de competitividad? 

Es pura lógica. Tanta, que si algo caracterizaría a ese complemento de competitividad sería el hecho de ser satisfactorio tanto para quien lo paga como para quien lo recibe. 

La relación es directa: Cuantas más personas comprometidas, más complemento y cuanto más complemento, más competitividad.

A mi, de este complemento, me gusta hasta el nombre.






Garboó Riocía & García Rioboó




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